viernes, 15 de noviembre de 2013
Un poco de Lise Meitner.
Hace unos años, en la facultad, tuve que elegir un tema para un trabajo en una asignatura que se llamaba "historia de la ciencia". Era una asignatura de libre configuración, es decir, que la podía cursar cualquier alumno de la universidad independientemente de los estudios que estuviera haciendo. No éramos una clase muy numerosa, seríamos unos 20, pero allí había gente de aparejadores (o arquitectura técnica, mismo perro con distinto collar), biología, matemáticas... Así que a la hora de elegir tema tuve muy claro que estaría relacionado con la física para defender un poco lo mío, y con gran dolor tuve que aparcar a mi adorado Fleming (que ya os escribiré una entrada sobre él). Recordé que aquel verano había visto un documental sobre el proyecto Manhattan (el proyecto de construcción de la bomba atómica) que me había encantado, pero como me parecía que podría quedarme demasiado técnico para mis compañeros de otras carreras, decidí hacerlo sobre Oppenheimer, el director de aquel proyecto.
Una metedura de pata tremenda, porque yo de aquel tipo no sabía nada, y no tuve más remedio que ponerme a leer sobre él. Pronto descubrí que separar el nombre de Oppenheimer de la bomba atómica era casi imposible, y decidí que la construcción de la bomba tenía que ser un personaje independiente en mi trabajo. Cuando empecé a leer sobre la idea de construirla me topé con el nombre de una mujer desconocida para mí hasta entonces: Lise Meitner.
Lise fue una austríaca judía que nació en 1.878. Estudió y se doctoró en la universidad de Viena (cosa complicada para una mujer en aquella época), y después se trasladó a Berlín para poder seguir las clases de Max Planck (el padre de la física cuántica). En el machismo de la época era impensable que una mujer investigara, pero Otto Hahn vio su potencial y le permitió trabajar con él. Eso sí, en un sótano (ella no podía trabajar en el laboratorio) y firmando Hahn todos sus trabajos. Pero ella se dio a valer, y con el tiempo terminó de profesora de física en la Universidad de Berlín. En 1.938, a raíz de la invasión de Austria y viendo lo que la nueva ideología estaba haciendo en Alemania, nuestra mujer de origen judío decidió huir a Estocolmo, donde siguió investigando junto a su sobrino Otto Frisch.
En los años siguientes, Hahn siguió investigando en Alemania, pero descubrió un hecho para el que no tenía explicación. Al bombardear con neutrones átomos de uranio, le aparecía bario. ¿Qué era aquello? ¿Por qué ocurría? Hahn escribió a Lise, y ésta le contestó que ella había llegado a los mismos resultados, y que lo que había pesado es que el átomo inicial se había dividido en dos, y que por eso le daba otro elemento distinto. Es decir, que lo que había presenciado era la fisión nuclear *.
Aquí ya se puso en marcha la propaganda nazi. No podían consentir que el mérito de un descubrimiento tan importante, aunque aun no supieran el alcance, fuera para una mujer judía. Y fue tal el buen trabajo que hizo el III Reich, que a Otto Hahn le concedieron el premio nobel de química en 1.944. Por supuesto, él no negó que el mérito fuera únicamente suyo.
Más tarde, en 1.966, le reconocieron su contribución a la física otorgándole el premio Enrico Fermi (que era italiano y del que quizás os hable también en otra entrada) en Estados Unidos, y le pusieron su nombre a un elemento químico, el meitnerio.
Murió en 1.968 en Cambridge. Su sobrino Otto Frisch encargó que en su lápida pusiera: "Lise Meitner: una física que nunca perdió su humanidad."
Aquí os dejo un audio con una pequeña biografía. En algunas cosas diferimos Silvia Casasola (la autora del audio) y yo, pero yo os he escrito la entrada tal y como recuerdo de lo que leí cuando preparaba aquel trabajo. Eso sí, Silvia se equivoca en que Einstein le escribiera una carta a Roosevelt. La carta la escribió Leó Szilárd, un físico húngaro y judío que llegó a Estados Unidos huyendo de los nazis. Pero Szilárd, consciente de la influencia y el gran poder mediático de Einstein, le pidió que la firmara él también.
*Para que no nos perdamos, y como he mencionado la bomba atómica, en la fisión nuclear un núcleo pesado como el uranio (con muchos protones y neutrones), se divide en dos más pequeños liberando una gran cantidad de energía. Esa energía que se libera digamos que es la metralla de la bomba nuclear.
(Perdón por el tochazo, pero esta entrada me hervía en los dedos. Si algo me ha quedado muy técnico y no se entiende bien, preguntad en los comentarios y lo intentaré aclarar.)
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Muy bueno Vidia, poco a poco nos vas a meter en tu mundo a los que fuimos por letras. Aqui al final vamos a saber de todas las materias, esto mola
ResponderEliminarNo es mi mundo, ¡es el de todos! ¡Que la física nos rodea por todas partes!
EliminarMuchas gracias Vidia yo en mi ignorancia creo que no había oído hablar de ella nunca.
ResponderEliminarPor lo que se ve en ciencia también hay "negros", no sólo en literatura...
Tu ignorancia y la mía, que yo descubrí a esta mujer cuando hice aquel trabajo, y estaba ya en quinto de carrera...
EliminarPor cierto, curiosa foto cigarrillo en mano...
ResponderEliminarsi, a mi tambien me llamo la atencion lo del cigarrillo, no se porque la verdad sea dicha
EliminarQuizás por eso elegí esta foto entre todas las que me salieron en google...
EliminarY nos resulta curioso porque ya no estamos a acostumbrados a ver fotos o películas con gente fumando. A mí también me pasa, a pesar de ser fumadora.
Esto es una bomba!!!. xdd
ResponderEliminarGracias x la entrada.
Aun no es bomba, la bomba vino después...
EliminarTantas clases hablando sobre fusiones nucleares y ni hablamos sobre la historia que tiene...
ResponderEliminarMuy buena entrada Vidia!
De tochazo nada!!
ResponderEliminarPor iniciativa propia no suelo investigar en temas de éstos, así que muchas gracias por este trocito de historia e información.